Esta es la pregunta que me ronda en la cabeza desde hace algunos días. Y es que, esta semana, revisando publicaciones me he encontrado con que la asignación de algunas mujeres en cargos de responsabilidad se convierte en noticia, lo que me ha llevado a preguntarme: ¿Por qué?
Si analizamos la situación laboral actual, tanto en España como internacionalmente, podemos ver que las mujeres siguen teniendo mayores dificultades para alcanzar puestos de responsabilidad o con mayor poder de decisión, tal y cómo comentamos en el artículo anterior de Infrarrepresentación femenina, ¿ficción o realidad? Es más, esta representación desequilibrada de mujeres y hombres según el nivel profesional tiene nombre y se conoce como segregación vertical.
¿Te suena el término “techo de cristal”? Aquí es donde se encuadra. El techo de cristal engloba todas aquellas barreras sociales y/o estructurales que dificultan la promoción profesional de las mujeres. Relacionado con ello también se encuentra el suelo pegajoso, más relacionado con los obstáculos que mantienen a las mujeres en la base de la pirámide económica. ¿Cómo diferenciar estos conceptos? Vamos a verlo con unos ejemplos:
- En una empresa donde se considera que las mujeres no tienen capacidad de liderazgo y, por ello, no les ofrecen opciones para promocionar, hablaríamos de techo de cristal (además de discriminación directa, por supuesto).
- Mientras que, en una empresa donde sí que apuestan por el liderazgo femenino y proponen opciones de promocionar a mujeres, pero muchas de ellas rechazan el ascenso porque están sobrecargadas de responsabilidades familiares, se hace referencia al suelo pegajoso.
Para hacer frente a estos obstáculos y barreras, debemos considerar dos conceptos importantes. Por una parte, el uso e incorporación en los procesos de promoción profesional de las acciones positivas. Recuerda, con ellas NO se busca discriminar a los hombres o colocar a alguien sin las competencias necesarias en un puesto mejor. Con las famosas acciones positivas el objetivo es mejorar la presencia equilibrada de mujeres y hombres en aquellos puestos donde estén infrarrepresentados/as. Es decir, ante un puesto vacante, a igualdad de condiciones y méritos, se elige a aquel género con menor representación en esa categoría. Lo que ocurre es que normalmente el género infrarrepresentado es el femenino y, por ello, suelen beneficiarse en mayor medida de este tipo de medidas. No de forma injusta, sino para lograr un entorno laboral más justo.
El segundo concepto que debemos tratar para mejorar las opciones de las mujeres para alcanzar cargos de poder es la corresponsabilidad. ¿Por qué es tan importante? Volvamos al concepto de suelo pegajoso: las mujeres están sobrecargadas de responsabilidades familiares. La corresponsabilidad tiene como meta el reparto equitativo de las responsabilidades familiares y domésticas, eliminando la sobrecarga que sufren las mujeres y repartiendo tareas con sus compañeros masculinos. Es por ello, que en los últimos meses se ha comenzado a trabajar en esta materia con mucha más perseverancia, como es el caso de La Rioja, donde se financian planes de conciliación y corresponsabilidad, con el objetivo de hacer efectiva la igualdad de género.
Estos últimos años, las condiciones laborales de las mujeres han ido mejorando de forma considerable y algunos de estos avances los comentamos en el artículo del 8 de marzo. El reflejo de lo que hablamos hace unos meses lo tenemos en algunos titulares recientes, donde se vemos a una mujer como directora de operaciones, directora de Recursos Humanos, directora del sector financiero y seguros de Microsoft en España. Parece que las medidas tienen sus frutos y que el cambio a nivel social está trayendo consigo importantes resultados y mejoras en el ámbito laboral.
¡Por esto sigue siendo necesario que sea noticia! Porque lo negativo ya lo conocemos, el techo de cristal ya sabemos que existe, y aunque es importante ser conscientes de su presencia y consecuencias, también debemos conocer lo que funciona, el avance, la meta hacia la que nos dirigimos. Debemos visibilizar también los logros y a las mujeres, y también a los hombres, que hacen posible la igualdad real.
Ojalá llegar a un momento en la sociedad donde el liderazgo femenino ya no sea noticia, donde solo forme parte de la rutina, tal y como lo es en el caso de los hombres. ¿Crees que estamos cerca de llegar a ese punto?