Cuando me propuse escribir un post sobre el teletrabajo comencé centrándome en las ventajas y desventajas que me aportaba en mi día a día. Sin embargo, después de darle un par de vueltas, me di cuenta de que la experiencia del teletrabajo, además de ser muy distinta dependiendo de las características individuales de cada persona, también tiene grandes diferencias entre géneros. Por este motivo, he decidido introducir la perspectiva de género en este artículo y dar voz a las experiencias que tenemos las mujeres respecto al teletrabajo. ¿Te gusta la idea? ¡Vamos allá.!
¿Qué medidas legales ha supuesto el teletrabajo?
Pongámonos en contexto…Como ya es sabido por toda la sociedad, con la llegada de la pandemia en el 2020, el teletrabajo cobró gran relevancia, cambiando por completo la visión tradicional que se tenía del ámbito laboral. La introducción del trabajo a distancia en las empresas, provocó que se tuvieran que establecer medidas urgentes para garantizar un teletrabajo de calidad, por lo que se aprobó el Real Decreto-ley 28/2020, de 22 de septiembre, de trabajo a distancia y, posteriormente, se le sumó la Ley 10/2021, de 9 de julio, de trabajo a distancia. ¿Qué objetivos tenían estas normativas? De manera muy resumida, los siguientes:
- Garantizar que no se produzcan cambios en las condiciones laborales pactadas, referentes al tipo de jornada y salario, aunque sí se harán ajustes en los complementos salariales para que el teletrabajo no suponga una penalización.
- Garantizar la voluntariedad del teletrabajo, es decir, que el teletrabajo en ningún caso pueda suponer causa de despido.
- El deber por parte de la empresa de aportar todos los recursos necesarios para el desarrollo del teletrabajo de forma efectiva.
- Garantizar los derechos de las personas trabajadoras, como por ejemplo: la formación, la promoción profesional, la flexibilidad horaria, prevención de riesgos laborales, intimidad y protección de datos, derechos colectivos, etc.
- De forma más concreta, se garantiza el derecho a la desconexión digital, es decir, una vez terminada la jornada laboral, la empresa debe limitar el uso de medios de comunicación empresarial y respetar los horarios de descanso.
Mi experiencia motivacional con el teletrabajo
Hay que tener en cuenta que con este tipo de medidas se pretende prevenir algunos de los mayores inconvenientes del trabajo a distancia. Sin embargo, creo que estarás de acuerdo conmigo en que el teletrabajo puede suponer una dificultad para mantener la motivación con nuestras tareas profesionales. ¿Por qué? Porque cuando eliminamos del ámbito del trabajo los cafés con el resto de la plantilla, las comidas, las charlas sobre aspectos que te atascan en tu trabajo, entre otras cualidades de la compañía en el ámbito laboral, comienza la desvinculación emocional con tu trabajo. Es complicado continuar haciendo tus labores profesionales de forma efectiva cuando empiezas a perder las emociones positivas que antes te producía.
Para mí, uno de los mayores inconvenientes del teletrabajo, muy relacionado con la motivación, es el aislamiento que puede conllevar pasarte horas delante de un ordenador, tecleando y sin contacto con otras personas, incluso puede hacer que pierdas por completo la inspiración, la creatividad y, ¡No vamos a engañarnos!, también se van las ganas. Todo esto repercute directamente en la jornada laboral que te planteas, provocando desajustes y falta de productividad en ocasiones.
Leyendo esto podrías pensar que el trabajo a distancia es un laberinto sin salida, ¡Pero no te asustes, hay soluciones! Si te pasas por el post 5 claves de éxito para el teletrabajo o trabajar desde casa, podrás conocer algunas de las recomendaciones más efectivas para mejorar el teletrabajo.
¿Qué pasa si añadimos la perspectiva de género al teletrabajo?
Bien, en primer lugar, vamos a conocer qué significa la perspectiva de género. En pocas palabras, se refiere a analizar la realidad teniendo en cuenta las diferencias que se producen según el género. Por tanto, cuando añadimos la perspectiva de género al teletrabajo, podremos conocer algunas diferencias que pueden existir en las experiencias de mujeres y hombres. Para ello, debemos tener en cuenta los roles que desempeña cada género en la sociedad actual.
Aunque se ha avanzado bastante en materia de igualdad y, cada vez más, los roles de género empiezan a desvanecerse, las mujeres siguen presentando más carga en las tareas domésticas y de cuidados, tanto de sus hijos e hijas como de otras personas dependientes a su cargo. ¿Qué ocurrió cuando se añadió el teletrabajo a esta situación? Te resumo los siguientes datos según un estudio liderado por IESE Business School:
- El trabajo producía en las mujeres mayores porcentajes de interferencias en su vida personal y familiar, concretamente, un 9% más respecto a las interferencias que vivían los hombres.
- A la inversa los porcentajes son incluso más alarmantes, las interferencias en el trabajo por parte de las tareas familiares suponían para las mujeres un 20% más que para los hombres, estando en las mismas condiciones.
- Las mujeres dedican un 27% más de tiempo que los hombres al cuidado de otros familiares dependientes que conviven en el mismo hogar. Provocando que ellas tengan mayores dificultades en la concentración para sus tareas profesionales.
¿Qué reflejan estos datos? Que el teletrabajo, más que una facilidad para la conciliación como cabría esperar, se convierte en la combinación y suma de tareas laborales y familiares que suponen una mayor carga de trabajo para las mujeres. Por lo que, además de las medidas ya aportadas para mejorar las situaciones de teletrabajo, se debe trabajar en la corresponsabilidad.
Aportar una mayor concienciación y sensibilización en los hombres para desarrollar las tareas domésticas y de cuidados en la misma medida que lo hacen las mujeres. Solo así el teletrabajo podrá facilitar la vida de mujeres y hombres por igual y garantizar sus grandes ventajas: libertad, flexibilidad, ahorro de tiempo, espacios personalizados de trabajo, reducción del estrés, entre otras. Ahora ya conoces algunas de los principales inconvenientes y también las ventajas que pueden surgir del trabajo a distancia. Añadiendo la perspectiva de género se obtiene un conocimiento más real de la situación de teletrabajo para mujeres y hombres y, con ello, te será más fácil aportar soluciones eficaces para lograr un teletrabajo satisfactorio y de calidad. ¿Te habías percatado antes de las diferencias entre mujeres y hombres respecto a sus experiencias en el teletrabajo?